¿Que se entiende por desobediencia inteligente en el perro?

La desobediencia inteligente es una fase más en el aprendizaje del perro, ya sea en su educación diaria o en una especialidad determinada.

Define y consolida un aprendizaje. 

Para esta fase, se necesita de la madurez necesaria que le permita procesar el aprendizaje pero, sobre tódo, que toleren la exigencia que se aplica cuando provocamos él error. 

Sin dejar de tener presente que necesitaremos;

✅ Una identificación con el perro. 

✅ Respetar las fases en su aprendizaje, dejando claro él concepto de lo que le estamos pidiendo al perro. 

✅ Madurez para su comprensión y la dureza psicología para tolerar la exigencia. 

Recordemos cuáles son las fases en el aprendizaje del perro;

✅ Enseñar una acción clara (andar junto,  la llamada, quieto…etc.)

✅ Reforzar dicha acción.

✅ Habituar a través de la constancia y la consistencia.

Cuando los conceptos están consolidados y reforzados, es cuando podremos provocar un error en el ejercicio, para corregir o reforzar la conducta. 

Ejemplos de desobediencia inteligente en el perro

Para ejemplificar como funciona la desobediencia inteligente en el perro, pongamos un escenario:

✅ Enseñamos al perro a permanecer quieto.

Una vez tenga el perro claro el concepto de lo que queremos de él, vamos aumentando el tiempo de permanencia y la distancia entre nosotros y él perro.

Cuando se refuerza esta fase, podremos provocar el error, con algún juguete preferido, con nuestros movimientos o incluso con otros perros.

De esta forma él ejercicio se consolidará e incluso con precisión.

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Lo mismo ocurre cuando enseñamos al perro a caminar, “junto”.

Cuando el perro tiene claro el concepto de andar “junto” sin tirar de la correa, nosotros añadiremos movimientos impredecibles o cambios de ritmo. 

Le hará estar pendiente y centrado ya que aprenden a evitar la corrección.

De igual forma si el perro tiene como límite no entrar a cierta habitaciones de casa. 

Cuando y lo tiene claro que no debe de entrar, podemos provocarle para que entre, con trozos de premio, o voz amigable.

Sin intervenir en su decisión. Si decide entrar le corregimos NO, y si se queda en la puerta se le premia la acción con afecto o premios MUY BIEN.

De esta forma, estamos haciendo que el perro piense, fomentando su autonomía, sin la necesidad de apoyarse en nosotros durante la actividad. 

Respetando cada una de las fases de cualquier aprendizaje, el perro no necesitará de nuestro apoyo continuo, ya que va entendiendo que podemos entorpecer en los ejercicios. 

Somos su guías, le orientamos y proporcionamos seguridad, pero no solucionamos el conflicto. 

Termina entendiendo que somos un agente neutro en el ejercicio.

Cada vez que el perro nos ignore cuando provocamos el error, estamos fomentando la autonomía y reforzando su autoestima.

Terminarán creyendo cada vez más en si mismos, por lo que le llevará a la iniciativa.