La conducta de un perro excitable no es aprendida, es una característica biológica del perro.
No podemos cambiar al perro, pero si en nuestro trato, hacer qué mejore en su autocontrol y atención.
Le será muy necesario para muchos de los aprendizajes de su vida diaria.
La excitabilidad si no se enfoca bien puede instaurarse en muchos trastornos, fobias o episodios de agresividad.
Avanzando desde la excitabilidad –> pasando por el exceso de excitabilidad –> hasta instaurarse en una personalidad dependiente.
Incluso pudiendo coger forma y dirección hacia:
- Miedos generalizados
- Ansiedad generaliza
- Fobias específicas
- Agresividad mal controlada
- Motivación hostil
El enfoque es fácil, pero requiere de mucha implicación en él núcleo familiar:
- Una educación sería y comprometida. De lo contrario, una educación sin normas, ni límites, donde no existe acuerdos y unido a un ambiente alterando, no fomentará la atención y el autocontrol necesario.
- Ejercicios qué fomenten control sobre el perro. Enseñarle a andar juntos, o permanecer quieto con independencia de los estímulos ambientales, son algunos de los comandos que fomentan autocontrol sobre sus impulsos.
- Ejercicios mentales. Todo aquellos qué obliguen al perro a centrarse en lo qué están haciendo; Correr, andar paso ligero, que nos acompañe junto a la bicicleta, nadar, actividades de rastro…etc.
A diferencia de la pelota o el palo, que es un juego más tensional, que estos ejercicios obliguen al perro centrarse, hará de un desgaste físico y mental.
Es muy importante no confundir la excitabilidad que genera la ansiedad, con el perro que nace excitable.
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Cuando se trata de una excitación causado por la ansiedad, en muchos casos se debe de tratar al perro para centrales, para luego unirlo una terapia educativa o de adiestramiento.
De lo contrario, sin atención no existe procesamiento de ningún aprendizaje.
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