El tiro de la correa suele ser una pesadilla para muchos propietarios. Esto ocurre sobre todo cuando se trata de perros jóvenes de gran tamaño, fuerza y excitabilidad. Trucos y consejos sobre como adiestrar a un perro.
Muchos de estos perros no saben gestionar sus emociones y son impulsados hacia personas, perros o el movimiento de bicicletas, motos y coches.
Enseñar al perro a caminar junto, evitará el peligro de terminar se arrastrados por la falta de control ante la impredecibilidad y fuerza del animal.
Como también nos ayudará a cortar muchos problemas de comportamientos, alimentados por la tensión que han generado con la correa y la permisividad en su educación.
No educar al perro mientras paseamos dará rienda suelta a alimentar conductas como, la timidez, miedos o agresividad.
Los casos más comunes qué se suelen dar;
- En perros jóvenes, sobre todo los de gran envergadura y excitabilidad.
- Perros con procesos de la agresividad avanzados, como agresividad mal controlada o motivación hostil.
- En Perros adultos excitables o con personalidad excitable.
- Perros impulsados por los miedos, la ansiedad generalizada, fobia especifica…etc.
Estos últimos ante los estímulos impredecibles externos, suelen impulsarse en dirección contraria, pero aun así queda reafirmada la acción.
Cuando el perro camina junto, se centrará en lo que está haciendo, de este modo nos será muy útil para exponer al perro mientras controlamos y le exigimos en los casos de miedos o incluso en los casos de problemas de comportamiento por agresividad.
Es por ello, qué cuando enseñamos a caminar a nuestro perro, estamos fomentando cierta resistencia y autocontrol sobre sus impulsos. De esta forma ganaremos la atención y percepción sobre el entorno. Se darán en el perro muchos aprendizajes.
Con la exigencia del trabajo de ir juntos, no se centrará tanto en su interior y tolerará mejor el medio.
Será la base para iniciar muchos aprendizajes, tanto en su educación, como en su especialidad si la tuviera. El control que ejercemos sobre el perro, nos permitirá dirigir o apoyarle hacia la intención qué queremos enseñarle.
Como mencioné anteriormente, he presenciado casos en los que el perro arrastró a su propietario y este consiguió escapar, consiguiendo llegar a la meta de fugarse o agredir a otros perros.
Esto pasó de ser un problema menor al refuerzo de problemas mayores, como son las fugas y la agresividad.
El aprendizaje se fue reforzando y la conducta de tirar de la correa va siendo cada vez más persistente, frustrante y angustioso tanto para el propietario, como para el perro.
En el perro ya ha existido la experiencia de que consiguió llegar a su meta.
Debemos ser firme y constante para corta los impulsos de raíz, ya que el refuerzo intermitente alimentará y mantendrá la conducta en el perro por mucho tiempo.
Tan pronto como la madurez del perrito permita dar lugar al razonamiento necesario para la compresión de lo que se le está pidiendo, enséñele a caminar y comportarse en la sociedad.
Está norma es impredecible en la educación del perro, siendo constante le hará tener la suficiente resistencia para la vida que le espera.
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