Las cualidades naturales del perro, serán necesarias para moldear una acción determinada.
Es por ello, que a un perro con una biología temperamental noble, no se le podrá pedir que guarde un cercado. Le nace agradar, socializarse. No agredir.
Cómo tampoco podremos pedirle a un perro con un exceso de excitabilidad, que realice trabajos de asistencia.
Puesto que es un trabajo que requiere de mucha atención sobre nosotros, y el entorno.
Es a través de sus cualidades biológicas, como se moldean muchas de las conductas que nos proponemos enseñar.
Para que el perro aprenda, se necesita de su participación en cada acción queramos enseñar
Nuestro apoyo, y manipulación, inicial serán mínimo, ya que si nos excedemos hará qué el perro se vuelva dependiente, y se centre más en nuestro contacto, qué en la acción a enseñar.
Podremos hacernos desde ciertos movimientos para provocar en el perro una posición concreta, hasta ayudarle levemente con nuestras manos.
Pero que sea el perro quién termine la acción.
Así lo asociará cómo un movimiento voluntario, y lo irá procesando como aprendizaje.
Podremos coger una y otra vez, la pata al perro para tratar de enseñarle a qué nos de la patita.
Pero si este no tiene la voluntad del movimiento, tras una veintena de repeticiones, probablemente nos encontremos en él mismo punto.
Ya que el perro al no tomar el movimiento como suyo, no procesará nuestra intención.
La motivación será necesaria (juego, la pelota o la comida), pero como hemos dicho anteriormente, sin la participación del perro poco podremos enseñar.
El perro terminará en tensión, entraría en evitación. Si su temperamento es sensible, y le presionamos, podría derivar en ansiedades o incluso en episodios de agresividad.
Motivar es crear intensidad, pero siempre será en proporción a la exitabilidad biológica del animal.
Ya que excedernos será falta de atención, y control, sobre el ejercicio.
Siempre qué nos decidimos a enseñar algo al perro, antes debemos tener un esquema mental claro, sobre lo qué queremos enseñar.
¿Cómo lo haremos para hacerle entender de forma clara qué queremos?. ¿Qué recursos necesita para captar atención, motivación y acción en el perro?
Será determinante, para que el perro se haga una imágen mental de la estructura del ejercicio.
Orden ( Sentado) —> Acción (cuartos traseros al suelo) —> Refuerzo (comida, juego, afecto).
De lo contrario, al perro no le quedaría otra que ir probando a tientas, hasta descubrir que queremos de él.
Preguntas frecuentes:
¿Cómo podríamos enseñar algo que necesita una posición concreta?
Primero nos tendremos que hacer con un estímulo motivador para el perro.
Es importante qué no se excite al perro excesivamente, para captar su atención.
Le hacemos ver su recompensa de forma clara, y apoyados por nosotros sutilmente le mostramos como pueden llegar la recompensa.
La repetición del ejercicio de forma clara, ayudará al perro a crear un esquema mental de lo que le pedimos.
¿Cómo elegir un perro para una especialidad determinada
Primero se estudia la especialidad y a la persona que guiará al animal.
Ya qué si ponemos un perro excitable, y duro en manos inexpertas, este garantizará el caos.
Y lo contrario, si nos hacemos con un perro muy tranquilo, para un guía activo, en una especialidad dinámica, este perro se quedará corto, en una especialidad que necesita movimiento.
¿Cómo podemos centrar a un perro excitable?
Primero, con nuestro hacia él perro, muchos propietarios crean intensidad en actividades o ejercicios mentales.
Se trata de enseñar desde la atención ante nosotros, y el entorno.
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