La ansiedad en los perros suele manifestarse durante los trayectos en coche. Se reflejan a través del ladrido excesivo, gemidos, tensión etc.
Para entender esta conducta debemos de dividirlo en dos grupos:
- En la edad temprana de cachorro.
- En perros jóvenes, o adultos con escasa socialización, o tras una experiencia negativa.
En el primer grupo, debemos de recordar que a esa edad están en constante descubrimiento.
Al igual que constantemente van descubriendo el medio que les rodea, con el coche ocurre lo mismo, es una fuente de información por descubrir.
Es por ello, qué la socialización es una forma de endurecerles, ya que inicialmente ante lo desconocido, experimentan tensión y estrés.
Es la resolución de la misma, lo que les hará crear más iniciativa, e interés por descubrir.
Andarán curioseando, y procesando constantemente muchos aprendizajes, y situaciones, para quedar memorizadas.
Una vez más, si somos serios, y nos comprometemos en su socialización, mostrando todas las situaciones posibles, incluyendo la habituación al coche (movimiento, vibración, ruidos).
Irán siendo cada vez más tolerantes ante la presión que ejerce las nuevas experiencias.
En el caso de perro adultos que han experimentado un episodio negativo en el coche, se deberá enfocar mediante una desensibilización progresiva.
Aquí, nuestra intuición, y sensibilidad hacía el animal, será determinante para lograr como objetivo, inundar el cerebro del perro de experiencias positivas.
¿A qué se debe está conducta?
Se pueden dar por muchos motivos, pero los más recurrentes son:
- La angustia que genera el propio mareo. (Esto les une al cachorro y perro adulto).
- Una conducción violenta durante el trayecto.
- Cuando el final de viaje concluye ante una situación negativa. Visita al veterinario, peluquería (secador, ausencia de propietario), tiros, petardos, fuegos artificiales…etc.
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