
Siempre se tiene presente el premio para enseñar algo al perro pero qué, en la educación en el perro sobran los premios.
Educar al perro con premios se le lleva a una disciplina descafeinada. Normalmente se usa el premio para enseñarles cosas simples y meramente conductuales.
Cuando pasas a aprendizajes costosos o complejos, aprendizajes que impliquen un desarrollo cognitivo, te quedas sin recursos.
Porque para educar no es necesario, y como recurso educativo, es de los que menos fuerzas tiene a la hora de activar los mecanismos de los aprendizaje en él perro.
El premio deja un falso sabor a control, y precisión en las acciones del perro que, cuando desaparecen, se deja entre ver la poca consistencia que tiene la disciplina implementada.
El perro aún habiendo aprendiendo unas conductas determinadas, luego ante la falta de premios, se vuelven dispersos, pierden interés y vuelven a las tonterías, buscando continuamente las vueltas a las conductas que si les compensan.
Pero ante todo, lo que buscarán es la forma de huir de la disciplina, porque mientras el propietario ha estado detrás del perro, entre premios y premios, nunca se le enseñó a pensar en consecuencias.
Ante la falta de disciplina, existe un perro caprichoso, atolondrado, disperso y poco pensante en las acciones. Estos perros no han desarrollado ningún tipo de auto control a nivel cognitivo.
De hecho, muchos propietarios, educadores y sus perros, se han quedado anclados en eso.
En montar cuatro ejercicios conductuales que den una sensación de tener un perro educado y controlado.
Luego por otro lado, está la inconsistencia y la inconstancia que se implementa en su educación. De ahí, los diversos problemas de comportamiento llevados por una trato errático en su educación diaria.
Por la tontería de ir premiando detrás del perro, sin hacerles ver al perrito que les vas a querer, cuidar pero, que existen límites que no vas a permitir NUNCA, ya sea en la convivencia, en la sociedad o en su especialidad.
Si esperas que un perro se entregue a una educación o una especialidad por hacerte un favor, lo estas planteando mal.
Les enseñan a sentarse, a tumbarse, a permanecer quietos, a andar juntos o la llamada, o incluso a hacer sus necesidades fuera de casa.
Cada una de éstas conductas siempre acompañadas de premios.
El día que dejaron de dar premios , el perro dejó de pensar en “consecuencias”, más bien en “conveniencia”.
Algunos ejemplos;
– Le dejas quieto y te dice…”déjame tranquilo que he visto mi amigo ahí a lo lejos”.
– Le mandas a tumbarse mientras conversas con alguien, y en vista de un estímulo interesante (pelota, algún objeto corriendo o volando, otros perros…etc,) te dice….”Déjame, déjame, que estoy a punto de pillarlo”.
– Le dejas suelto en él descampado y llevas días que le has llamado sin premios.
En ese momento a lo lejos te percatas de que existe un peligro real para el perrito (un perro conocido agresivo, una moto o un coche…etc,) le llamas y te dice…..”un momento que atiendo esto y ahora si eso vuelvo”.
Son aprendizajes que se quedaron a medias, todas se reforzaron al igual que al delfín, cada vez que pasó por el aro, o tocó con la nariz la pelota. Repitiendo un patrón conductual.
Pero, ¿entienden éstos animales de disciplina?, ¿han aprendido en su día a día lo que conlleva tolerar y gestionar los límites impuestos?.
Existen otros modelos más interesantes para que el perro acceda a muchos aprendizajes.
Construyamos un educación sólida pero, para eso, antes el perro se tendrá que entregar, ver a través de nosotros.
Un buen perro buscador durante su formación, ¿cuantas veces lo hizo bien y cuántas veces se equivocó?.
Al perro guia hasta terminar su carrera como guiador, le esperan mil y una vez de ensayo y errores y muchos agradecimientos.
El perro competidor en agility está hecho de una disciplina férrea, y de resoluciones de necesidades para terminar entregándose a un circuito.
Cada uno de esta especialidades van más allá de los premios, han necesitado de resolución de necesidades, de rutinas, de hábitos hechos y derechos para llegar a la precisión.
Los premios son para cosas sencillas o conceptos muy claros dentro de una estructura en su formación pero, siempre de la mano de la disciplina, que es quién realmente permanecerá el resto de su vida.
La misma disciplina que tú y yo necesitaremos para llevar al día los estudios, cualquier trabajo o rutinas deportivas… etc,
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