La forma en la que aprende el perro

La forma en la que aprende el perro está muy ligado a la memoria del perro, ya que como le hizo sentir la experiencia o él estimulo, determinará a largo plazo la forma de actuar del perro.

El perro continuamente va investigando sobre el entorno por el que se desenvuelve.

Van descubriendo estímulos y extrayendo la información sobre la situaciones o los estímulo ambientales a los que se les expone, para luego procesar ese aprendizaje cómo positivo o negativo.

Es por eso, que tomamos como determinante como le hace “sentir” la experiencia, ya que estos quedarán integrados a nivel cognitivo en la memoria del animal.

Dos factores influyentes;

• La biología del perro; Que son la características temperamentales de cada individuo.

Aquí entran los perros mas extrovertidos e introvertido a la hora de exponerse o en la forma de actuar ante ciertos estímulos.

Los aprendizajes se verán condicionados por la biología descendente del perro. Es decir, existen perros con un instinto de guarda más implícito que otros.

Mientras que otros perros están más ligados a realizar tareas sociales, por tener un temperamento más sensibles y sus ganas de agradar.

• La resolución del perro; La resolución del perro está ligada a la iniciativa del perro a actuar ante una negativa o pensar cómo llegar a la recompensa.

Existen perros que aprenden más rápidamente que otros, y eso se debe a la percepción que tienen sobre el medio y la capacidad de asociar ciertos estímulos con el aprendizaje en concreto.

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Aunque no debemos de olvidar que cada individuo es único y qué la educación y la forma de proceder de su propietario ante la intención de enseñar influirá, sobre los aprendizajes.

La falta de socialización en la etapa temprana del cachorro, influirá directamente en la forma de aprender del perro.

Le llevará a la falta de atención a la distracción ambiental e incluso la evitación por activación de mecanismos de supervivencia.

Se dice que un perro destaca su inteligencia ante otros, por la capacidad de recepción de la información sobre el entorno y de las sesiones que necesita repetir para aprender una acción.

Consideramos un aprendizaje en el perro cuando le llevamos a actuar de una forma determinada a través de un estímulo.

Siempre se ve influenciado a través de asociaciones o emociones.

La forma en la que la que le hace sentir determinará volver a realizar dicha conducta o en cambio buscar evitar el estímulo o la situación.

Dependiendo de cómo le hizo sentir dicha experiencia, la intensidad de la misma y el tiempo que lo experimenta, quedará integrada en la memoria del animal.

En este punto quedará concluido el concepto de la acción llevada.

Cuando nos decidimos enseñar algo al perro, debemos de esquematizar bien las secuencias y la estructura, que dirección tenemos que tomar y que objetivo nos marcamos.

Los procesos de aprendizajes de un perro se divide en varios puntos;

• Mostrar de forma clara nuestra intención y excluidos de todo estímulos que entorpezcan la atención del perro hacia nosotros y la actividad.

El concepto debe de quedar claro y para ello nos haremos con refuerzos muy continuados. Ganamos atención y predisposición.

Se recomiendan sesiones cortas y lúdica. De esa forma, él perro comienza a etiquetar la experiencia como positiva.

• En este punto, el perro ya sabe que debe de realizar. No existe precisión en la ejecución, por lo que la práctica y la continuidad, llevará a aprender cómo recibe las recompensas.

La paciencia y la orientación por nuestra parte juega un papel importante. El perro está aprendiendo.

• Cuando se llega a este punto buscamos ya la eficacia y precisión.

Ahora que hemos respetado los puntos anteriores, no sólo debemos de ser minucioso a la hora de recompensar al perro, además debemos de exigir la acción.

Se debe de ser cauto y estrictos en los refuerzos, ya que si no lo hacemos a tiempo, el perro tenderá a secuenciar él ejercicio de la forma que se le recompensó.

Por lo que impedirá una ejecución sólida. Incluso, podemos hacernos con el refuerzo intermitente o sorpresivos en muchos aprendizajes, ya que mantendrá al perro expectante y con predisposición.

Si logramos enseñar algo al perro de forma lúdica y afectuosa, ya directamente lo procesa como una experiencia positiva en su memoria a largo plazo.

El día que se le vuelva a pedir realizar la acción, el perro recordará como le hizo sentir y cómo de hacer el ejercicio para recibir su recompensa.