El liderazgo que ejercemos sobre el perro determinará su manera de actuar. De ahí fomentamos la capacidad de resolución en el perro o en cambio aprenderá a evitar situaciones.
Ya hemos visto que el perro necesita ser guiado y protegido, de ese modo se crea un lazo afectivo con el humano dado a la dependencia natural qué fomentamos sobre el animal.
Leer artículo: Cómo ejercer el liderazgo
La comida, el agua, la educación, los paseos, los cuidados, afecto, atención, juego…etc. Son algunas de las necesidades primarias.
Es por ello, que el perro cede en muchas de las exigencias en su educación o especialidad asignada, lo hace para trabajar en equipo, agradar y por supervivencia en general.
Si observamos al cachorro, este sabe que es vulnerable ante el entorno, creando con facilidad una dependencia sobre su propietario.
Nos demuestra claramente cómo necesitan ser guiados y protegidos. Ya lo llevan haciendo años en la historia del perro.
Trabajan a cambio de cubrir sus necesidades biológicas
El liderazgo sobre el perro no debe ser a través de la fuerza, la hostilidad o la violencia
Muchos propietarios tratan de poner al perro en una posición de sumisión antes cualquier límite de la convivencia, mermando gravemente el vínculo, cuando en realidad lo que necesitaban es que se cortara la conducta con una confirmación clara en él instante, NO.
El liderazgo requiere de intuición, sensibilidad, apoyo, autoridad, dirección…etc.
Si estudiamos el liderazgo de una manada de lobos, estos no necesitan crear una sumisión permanente a los demás a través de la agresividad o violencia.
Dirigen, marcan, pero tan pronto como hayan mercado las acciones claras, desiste de la conducta. No necesitan crear ansiedad o hacer daño a los demás.
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