En que consiste el liderazgo qué ejercemos sobre el perro.

Vamos a explicar en que consiste el liderazgo, indicando lo más relevante. El liderazgo que ejercemos sobre el perro no debe de ser a través de la sumisión (hostilidad o violencia).

Para tener claro en que consiste el liderazgo, hay que saber que ellos necesitan sentirse protegidos y guiados.

Un cachorro a su edad temprana (entre los dos meses y cuatro), qué anda ignorante e impulsivo no será consciente de muchas de sus acciones. 

Acciones qué algunas debemos corregir apartando sin mediar y otras al qué podemos rechazar imponiendo con un NO, como norma o rechazando una conducta.

Ya qué no será lo mismo, si;

– Pillamos al perro haciendo pis en casa, o mordiendo el mobiliario en el acto, podremos marcar con un NO esa acción.  

– Si estamos comiendo en una mesa baja a la altura del perro y este echa las patas para robar, rechazamos la acción con un NO.

De esta forma se marcan unos límites claro al cachorro, sin someter y sin cortar la iniciativa.

Sin embargo, si;

– El perrito anda jugando al lado de un perro adulto con características temperamentales fuerte que está durmiendo  y este tiene intención de molestarle,  sabiendo nosotros que le puede hacer daño, le retiramos si mediar, llamando su atención con otros estímulos o apartando del lugar.

– Si ese perrito convive con niños y este se acerca bruscamente reclamando el juego, asustando al niño (sin intención de hacer daño), llamamos la atención con algo atractivo para él o le apartamos.

Esto es una forma en la que se puede entender en que consiste el liderazgo, ya que marca al perro unas normas y le guía por donde debe de ir, sin necesitar de ser sometido o coaccionado.

Muchos propietarios marcan constantemente al perro con un NO allá donde miren, cortando la iniciativa de explorar, para poder llenarse de aprendizajes.

Mermando la comunicación intrasujetiva en el binomio.

El apoyo y la guía qué le proporcionamos, será valorado gracias a la identificación que vamos creando sobre el perrito, muy necesario para sentirse seguro, tener iniciativa y participación en el proceso de muchos aprendizajes.

Si observamos al perrito, veremos como en cada acción buscará nuestra aceptación y el agrado. Así entenderemos mejor cómo se realiza el pre-adiestramiento en cachorros.

Lo necesita por supervivencia debido a su escasa madurez y sensibilidad blanda. Ellos saben que son vulnerables ante la vida.

Preguntas frecuentes

¿Por qué influye en el binomio la forma en la que ejercemos el liderazgo?

Determinará en la forma en la que el perro se expone al medio, aprende y en la forma en la que participa durante el proceso de aprendizaje. 
Si estamos constantemente cortando su iniciativa, el perro terminará cargado de tensión, inseguridad y no creerá en sus decisiones, afectando a su autoestima.

¿El liderazgo se aplica de la misma forma con indiferencia a la edad del perro?

En el perro adulto mostraremos un liderazgo a través de sus cuidados, resolución de necesidades primarias y la educación qué fomentamos en su convivencia y en la sociedad. 
La diferencia está en la exigencia que empleamos en su educación, como parte de las obligaciones qué tiene el perro de compañía. 
En el cachorro al carecer de madurez marcaremos y guiaremos a través de acciones claras en su educación en casa y en la sociedad. Pero la resolución de necesidades primarias y la educación siguen siendo la misma.

¿El liderazgo entendida desde la violencia o hostilidad que consecuencias tiene en el cachorro o perro adulto?

Si estamos hablando de un cachorro y su forma de ser es blanda, seguramente esté perro termine por no exponerse y entrar en evitación de conflicto, es una forma de aprendizaje por supervivencia.
Este perro no terminará siendo todo lo resolutivo que podría ser, lo dejará todo en manos de otros.
Si hablamos de un perro adulto, determinará su personalidad y la educación que haya recibido.
– Si recibió un educación violenta u hostil y el perro es temperamental, sin apenas desarrollar resistencia sobre sus impulsos, este puede terminar en conflicto con su propietario por contra-hostilidad. 
No sólo no se mostrará participativo, además mermaria el vínculo debido a la tensión permanente. Se perderá muchos aprendizajes, sin disfrutar el uno del otro.