Las residencias para perros ofrecen numerosos beneficios tanto para el desarrollo emocional del cachorro, como para el perro adulto.
Poco a poco, se va teniendo una visión más amplia, sobre el sentido de dejar al perro ausente de su familia durante un tiempo determinado de estancia.
“Prevaleciendo su independencia emocional, sobre la lastima de dejar al perro solo”.
A lo largo de nuestra experiencia en el trato con él perro, hemos observado una mejora en aquellos perros qué mostraban algún tipo de comportamiento;
- En aquellos perros que presentaban un exceso de dependencia, con problemas de comportamiento cuando se quedaban sólos en casa.
Estos perros terminaron por endurecese, y hacerse cargo de si mismos en ausencia de su propietario.
El tiempo que pasaron solos en su habitáculo, les enseñó que no les quedaba otra que ESPERAR, un trabajo que no se valora en él perro de compañia.
Los estados (frustración, ansiedad, duerme vela…etc) hasta llegar a la aceptación, junto a las normas y límites que se les impone durante la estancia, se traducen en MADUREZ.
- En perros que han desarrollado una agresividad mal controlada, con las normas y los límites impuestas durante la estancia, respaldado de un bloque de ejercicios de adiestramiento (andar junto, permanecer quieto, una llamada firme).
Demostraron que desarrollaron progresivamente la resistencia necesaria sobre sus impulsos.
Aprendieron a controlarse y a pensar antes de actuar
El perro se beneficia de la convivencia con profesionales en el campo de la psicología del perro.
Obteniéndose más información sobre las conductas que presenta el perro.
De ese modo, los propietarios se harán con los recursos educativos y de prevención, necesarios para poder controlar y educar al perro.
- En perros que han ido desarrollando miedos generalizados o especificos en su vida diaria.
Se ha demostrado una mejora cuando se les ha tratado con una educación de igual que a otro perros.
No hay que olvidar que, muchos de los miedos que experimentan estos perros, son alimentados desde una educación permisiva.
Enseñar ciertos comandos de adiestramiento, unida a la exigencia de una educación, obligará al perro a centrarse.
Ya que estos perros suelen estar pendiente de como se sienten ante el entorno, con tendencia a huir hacia los pies de su propietario, o hacia su casa.
- El exceso de excitabilidad permanente es unos de los desencadenantes más comunes de la agresividad.
Si no se enfocan de forma contundente y constante, les hará avanzar rápidamente hacia la personalidad excitable, o la motivación hostil.
Cuando se interna al perro, la rutina que se implementa en el día a día les ayudará a centrarse.
Rutinas como:
- Las horas de paz dentro de su habitáculo.
- Las normas y limites durante la estancia.
- Los ejercicios de adiestramiento qué generan control y atención.
- Aquellas actividades físicas ( rastro, andar ligero, correr, nadar, agility) . Todos aportan un desgaste emocional en el animal.
Harán de un cambio considerable en su comportamiento, aportando una estabilidad emocional al animal.
- En los perros tímidos o que han tenidos una escasa socialización, al igual que los miedos, son perros sin iniciativa.
Ante de actuar necesitan la aprobación o él apoyo de su propietario, o de otro perro con el que se sientan identificado.
En las residencias para perros, se abre un abanico de aprendizajes:
- Aprenderán a relacionarse con otros perros “amigos “.
- Van adquiriendo cada vez más autonomía e independencia ante las necesidades básicas (comida, agua, afecto, juego).
- Su socialización mejorará ante las personas desconocidas y otros animales dentro de las instalaciones.
Pero sobre todo, se le permitirá ser perros sin una sobre protección permanente.
Desapareciendo aquellas preocupaciones ante miedos que no existen, y qué fueron cogiendo forma y dirección hacia ciertas conductas.
Todo fruto de una educación blanda llevada desde la pena.
Por esta razón las residencias para perros pueden ser una opción viable.
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