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La tensión emocional en el perro

Estrés

La tensión emocional en el perro

Estrés
Grupo de perros jugando en la playa.

En primer lugar, hablaremos de la tensión emocional en el perro.

En primer lugar, existen propietarios que adquieren perros que biológicamente predisponen de una excitabilidad elevada, por su alto instinto para el trabajo.

Sobre todo, perros Enérgicos, tensionados, impulsivos, excitables, en vigilia, con umbral del dolor alto, con instintos de guarda…etc.

Debido a que soy adiestrador de perros he adiestrado en muchas ocasiones perros con características similares, para el propietario común de perro de compañía. 

Como resultado, los perros que predisponen de una tolerancia alta para el trabajo, en muchos casos están viviendo en pisos o casa reducidas. Ocurre con propietarios que disponen de poco tiempo para dedicarles a la educación del perro en la convivencia y a su desarrollo emocional.

Por lo tanto, a estos casos, le sumamos que son perros con poca resistencia, actuando por impulsos. 

Son perros poco pensantes, dado por su umbral de excitación alto y su baja percepción sobre el entorno.

Muchas veces se observa cómo ni ellos son conscientes de lo que hacen, encontrándose luego con las consecuencias.

Es decir, perros que recuerdo, disponen de un sistema nervioso activo, inquieto e impulsivo.

Muchos de estos propietarios, cansados de su jornada laboral y de sus que haceres rutinarios, cuando llegan a casa se encuentran con un perro con ganas de hacer cosas.

Estos, como remedio al asunto, terminan tirando la pelota en el descampado más cercano de casa, para qué así el perro quede cansado.

De esta forma se cansará físicamente al perro, pero, no quedará resuelta su tensión emocional.

Por lo cual, la falta de límites en su convivencia, unido al poco autocontrol sobre sí mismo y sus impulsos, le hará más pronto que tarde, dar la cara con síntomas de frustración, derivando en procesos hacia la agresividad.

Cuando me demanda estos casos, sus propietarios se suelen repetir…”Quiero adiestrar mi perro en obediencia, para tranquilizarlo un poco”.

Por lo tanto, están confundidos, muchas veces un modelo educativo en su día a día, con firmeza y consistente, que fomente resistencia a sus impulsos, junto a actividades qué hagan que el perro acabe mentalmente cansado, se resuelve con éxito gran porcentaje de estos casos.

Es decir, estos perros que no canalizan la tensión emocional de forma adecuada, suelen presentar síntomas como;

– Agresividad mal controlada.
– Excitabilidad excesiva.
– Frustración mal controlada.
– Ansiedad generalizada.
– Trastornos de ansiedad.
– Trastornos por exceso de excitabilidad.
– Motivación hostil.
– Agorafobia.
– Fobia específica.
– Fugas.
– Conducta de hacer agujeros en el jardín de casa.
– Temblores en sus patas.
– Hiperventilación, desmayos.
– Vómitos.
– Crisis epilépticos.
– Ladridos renuente, gemidos.

Ciertamente, la actividad física continua que haga que el perro se centre en lo que está haciendo, ayudará al perro a controlarse y obtener más aprendizajes.

Lo más notable es andar paso ligero durante una hora, correr a ritmo pausado media hora, correr junto a la bicicleta con un adaptador, nadar… etc. 

Son algunos de los ejemplos. Se relaja mientras está realizando el ejercicio, por lo tanto, desparece la tensión emocional.

Finalmente, la tensión emocional de estos perros debe ser resuelta de igual forma que su educación en la convivencia, constante y que forme parte de su vida. De lo contrario se volverán perros tiranos y sin control.

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