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La manera en que influye la excitabilidad y la tensión en el perro

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La manera en que influye la excitabilidad y la tensión en el perro

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Perro ratonero escarbando en la playa

Como adiestrador de perros, vengo a hablar sobre la excitabilidad, la cuál, tiene factores biológicos, aunque también puede ser contagiada por la persona con la que se siente identificada o por desarrollarse en ambientes con poca paz y armonía.

No se debe de confundir con la excitabilidad inicial del cachorro que va desapareciendo con su madurez. La excitabilidad del cachorro es puntual. A diferencia, del perro excitable, este no sabe exponerse, respetar y ni responder con atención a las normas de convivencia.

El perro excitable vive en una inquietud permanente y se nota a la legua, sobre todo sientes cómo te lo contagia. “Al igual que existen personas que te roban la energía o te contagian de su inquietud”.

El perro de compañía excitable será un perro en conflicto permanente con la convivencia, por el agobio que genera a los demás y por perturbar el ambiente. También son perros que tienden a estar en conflicto consigo mismos, ya que actúan por impulsos y no saben gestionar bien sus emociones internas.

Ante sus frustraciones suelen mostrar conductas regresivas e infantiles (Gimotean, ladran, mordisquean, búsqueda de resolución en cada objeción. Retraimiento social, ya que no saben socializarse. Su excitabilidad impide permanecer quieto mucho tiempo).

La excitabilidad tiende a ir muy hilado a la agresividad, debido a su poco autocontrol y a que son movidos por impulsos. No suelen ser perros pensantes en sus acciones. 

Por ello, si no se trabaja su resistencia a la monotonía diaria desde cachorro o en el perro joven, puede que la excitabilidad se instale en un “trastorno por personalidad excitable”.

Por supuesto, lo primero es tomar muy en serio con los integrantes de la convivencia la importancia del ambiente y cómo influye en el perro. Es importarte implantar en el trato con el perro un hábito de serenidad.

De lo contrario, su existencia con la familia y la sociedad peligra, ya que los procesos hacia la agresividad le llevarán hasta la motivación hostil. Estos perros suelen asociar la relajación después de la mordida, con la resolución a sus frustraciones.

De aquí el falso bulo, “ha probado la sangre y ya ha aprendido a morder”.

El perro tras cada mordida sea consciente o no, su cerebro concretamente, los neurotransmisores le harán experimentar cambios bruscos en su organismo y “sentir” una relajación placentera muy adictiva para él perro. Por la distensión entre la tensión de los músculos para pasar a la acción y su relajación tras la mordida.

Son perros que se les va la vida angustiados por la presión que se ejercen ellos mismo en su interior. Se pierden mucha información, muchos aprendizajes en su vida por falta de atención al entorno.

Sin embargo, el perro excitable suele encajar bien en un trabajo de utilidad, ya que son perros activos, siempre predispuestos, inquietos, sensibilidad dura, incansables…etc.

Le ayudará a gestionar mejor sus emociones por la concentración y el desgaste mental que requiere. Aquí todo toda la suerte recaerá en las manos del guía que sepa sacar partido a las características de un perro excitable. Ya que con suerte el último recurso para estos perros seria acabar como guarda en una finca o chalet.

¿Cómo se interpreta la tensión en el perro?

Un perro puede vivir con tensión, pero, no tendrá falta de atención, ni percepción al entorno, por lo cual tendrá muchos aprendizajes a lo largo de su vida. Entre ellos, nos permitirá enseñar la gestión de emociones, fomentar su autocontrol, enseñar a pensar en consecuencias ante sus acciones, aprenderá a respetar las normas y los límites que existirán en su día a día.

Son perros tensos pero, capaces de tener control sobre sus impulsos, incluso cuando son provocados por otros perros. Como veréis la diferencia no es poca.

Estos perros con una disciplina consistente en su vida, un plan educativo disciplinario con sus normas y límites, unido al desgaste mental diario, serán perros que encajarán perfectamente en casa y en la sociedad del humano.

Si os habéis percatado, tanto si existe excitabilidad o tensión en el perro, ambos para sobrellevar mejor su día a día y poder gestionar mejor sus impulsos, necesitan un desgaste mental.

Cuando hablamos de desgaste mental, ¿de qué se trata?

Toda aquella actividad física que haga que el perro tenga una concentración y atención a lo que está haciendo, para que posteriormente le lleve a una relajación mental.

¿Cuántos de nosotros no hemos sentido relajación tras una actividad física?

Toleramos mejor la presión ambiental, ya sea en el trabajo, con la familia, con las amistades, etc. Predominará antes la resolución, que los impulsos.

Pero no hablamos de aquella actividad donde le tiremos un palo o una pelota al perro hasta cansarlo, NO. Si nos fijamos bien, estos perros vuelven a casa llenos de tensión.

Ya que la secuencia sería ¡Me lo tira, me lo tira… me lo tiró! Y así varias horas.

Esa relajación es física, pero no es mental y no ejerce en el perro ningún autocontrol, dando rienda suelta a sus impulsos, cada vez que nos ladre frustrado para que le volvamos a tirar su juguete.

Muchos casos que llegan por agresividad por baja tolerancia, dan la cara detrás de perros excitables alimentado por esta clase de juego.

Lo aconsejable son ejercicios que requieran atención, concentración y produzca relajación mental en el perro.

La bicicleta, correr, andar paso ligero, natación; Refuerza el vínculo, generará control y atención del ritmo y la respiración, se olvidará de todo lo que le rodea. Tras la actividad llegarán a casa relajados, mejorarán la percepción y los impulsos, aceptando el entorno.

Una especialidad de rastro o agility; Tanto el rastro como el agility, ambas actividades refuerzan el vínculo. En el caso del rastro el perro necesitará una concentración para seguir al foco de olor y un ritmo para su búsqueda, tanta concentración con la actividad física y sobre el foco de búsqueda lo dejará agotado mentalmente.

En el caso de agility la atención y concentración a los movimientos de su guía para dirigir y salvar ciertos obstáculos, junto a la actividad física que requiere el circuito hará que su desgaste también sea mental. En el agility habrá ejercicios que le generarán autocontrol, por no poder llegar a ciertos obstáculos y tener que esperar quieto bajo un comando.

Finalmente, un perro con atención al entorno será un perro con un aprendizaje continuo. Tanto educativo, como en su especialidad de adiestramiento. Será un perro que entenderá lo que queremos de él y respetará la convivencia con el ser humano.

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